Las migrañas son un problema de salud frecuente en todo el mundo y afectan a entre un 15 y un 18% de la población mundial. Aunque se suelen clasificar como un tipo de dolor de cabeza, las migrañas son una patología neurológica mucho más compleja que puede resultar altamente limitante para quienes las sufren.
Aunque los síntomas varían de persona a persona, las migrañas se caracterizan por un dolor de cabeza intenso y pulsátil que puede durar varias horas o incluso días. Este dolor de cabeza suele estar acompañado de otros síntomas como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido, entre otros.
Aunque todavía se desconocen muchas de las causas que provocan las migrañas, se sabe que se trata de una enfermedad compleja que está influenciada tanto por factores genéticos como ambientales. De hecho, se estima que en dos tercios de los afectados, hay antecedentes familiares de migrañas y los estudios han demostrado que la influencia de la genética supera el 50%.
La predisposición genética a sufrir migrañas no significa que se padezcan necesariamente, ya que también influyen factores ambientales como el estrés, la falta de sueño, los cambios hormonales, la alimentación o la exposición a determinados estímulos. Sin embargo, conocer nuestra predisposición genética a padecer migrañas puede ser de gran ayuda para poder adaptar nuestro estilo de vida y minimizar su impacto.