¿Qué es una piel sensible? ¿Cómo combatirla?
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¿QUÉ ES LA PIEL?
La piel es el órgano más grande del cuerpo, el que se enfrenta a más trastornos físicos y psicológicos. Realiza múltiples funciones, como la regulación de la temperatura corporal, el sentido del tacto, el mantenimiento de la humedad corporal y ser la primera barrera del sistema inmunológico. También es un reflejo de nuestro estado de ánimo psicoemocional.
¿QUÉ ES UNA PIEL SENSIBLE?
Para mantener todas las funciones de la piel perfectamente activas, es necesario renovarla continuamente, ya que las células de la piel pierden su capacidad de regenerarse con el paso del tiempo, causando así el envejecimiento de la piel.
La piel a veces se caracteriza por su sensibilidad, una piel sensible es más reactiva al medio ambiente o a los trastornos internos, causando irritaciones, alergias y otros problemas de la piel como dermatitis atópica.
La sensibilidad puede aparecer en cualquier tipo de piel: puede ser grasa, seca, normal o mixta. También puede aparecer tanto en la piel joven como en la madura.
CARACTERÍSTICAS DE LAS PIELES SENSIBLES
- Poseer un estrato delgado de córneo, que le da una apariencia quebradiza y áspera.
- Mal rendimiento de la acción de barrera.
- Enrojecimiento, debido al aumento del flujo sanguíneo, que ocurre en cualquier reacción inflamatoria.
- Picazón, picazón y ardor debido al proceso de descamación de la piel.
- Pérdida de la película hidrolipídica de la piel, lo que resulta en una piel seca y deshidratada, incapaz de mantener el equilibrio osmótico.
TIPOS DE PIELES SENSIBLES
Piel sensible natural: una piel delgada y blanca, a veces un poco seca, se descama en la superficie y se enjuaga fácilmente. Por ejemplo, la piel de un bebé es más delgada y su función de barrera es más limitada que la piel de los adultos.
Piel sensible reactiva: el frío, el sol, el viento y los hábitos de higiene inadecuados dañan la piel. Un peeling, una intervención con láser, puede hacer que la piel reaccione activamente.
Piel sensible ocasional: un trastorno de la piel, como la dermatitis seborreica, el acné, la rosácea, así como muchas otras situaciones, desencadenan la sensibilidad de la piel. Por ejemplo, el desequilibrio hormonal, esto puede ser el resultado del estrés, el embarazo, el ciclo menstrual, la pubertad o la menopausia.
¿QUÉ ES LA HIPERSENSIBILIDAD?
La piel hipersensible se define como un tipo de piel que es hiperreactiva a diferentes factores de una naturaleza diferente que generalmente son bien tolerados por la piel normal. Es una versión más extrema y común de la piel sensible.
Se caracteriza por sensaciones incómodas y reacciones visibles cuando entra en contacto con agentes generalmente inofensivos, como temperaturas extremas, productos químicos o rayos UV.
Los síntomas de la piel hipersensible son: debilitamiento de la función de barrera de la piel, alta reactividad de las fibras sensoriales de la epidermis y enrojecimiento causado por la inflamación. Pueden ser causados por factores externos y/o internos.
¿EN QUÉ PARTES DEL CUERPO APARECE?
Si los síntomas no se tratan adecuadamente, cualquier área de la piel del cuerpo puede agrietarse, agrietarse en cualquier parte del cuerpo.
Incluso las áreas grandes de la piel, como los brazos, las piernas, el escote, las manos, los hombros, los codos, las pantorrillas, el cuero cabelludo, las rodillas y también las áreas íntimas, pueden verse afectadas, ya que son áreas vulnerables.
Esta sensibilidad puede ser causada por la dermatitis atópica.
FACTORES INTERNOS
- Alergias: enrojecimiento, opresión, picazón, ardor, pústulas, etc.
- Sudoración: Sudoración y Microinflamación.
- Apretando la piel.
- Cambios hormonales: acné (pubertad) y melasma (hormonas en el embarazo).
- Radicales libres.
- Genética.
FACTORES EXTERNOS
- Tejidos sintéticos ajustados: piel dañada e irritada.
- Productos químicos: modifican la capacidad de neutralización natural de la piel, dañan la estructura celular y deterioran la función de barrera de la capa más externa de la epidermis.
- Contacto prolongado con agua: pérdida de factores hidratantes naturales de la piel (conocidos como NMF) de los lípidos superficiales. La piel se seca y se vuelve áspera, más sensible.
- Temperatura y humedad.
- Tratamientos médicos: quimioterapia, radioterapia, diuréticos de diálisis, laxantes, medicamentos para labraciones de lípidos, etc.
- Contaminación del aire.
- Radiación UV: una piel sana contiene antioxidantes que la protegen de los radicales libres.
¿CUÁNDO APARECE?
El fenómeno de la piel sensible aparece cada vez más en la población, aumentando año tras año. Aparentemente está vinculado a la forma de vida en los países industrializados debido a la menor calidad ambiental y al aumento en el uso de productos irritantes debido al exceso de hábitos de higiene. Aunque el origen es multifactorial, también está relacionado con factores genéticos e inmunológicos y trastornos de la función de la barrera cutánea.
¿QUÉ ES LA DERMATITIS ATÓPICA?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel con una tendencia hereditaria y alérgica caracterizada por enrojecimiento y sequedad de la piel que causa picazón y rasguños y se manifiesta en forma de brotes que conducen a la aparición de una piel muy delicada.
OTROS PROCESOS DE LA PIEL
Pieles deshidratadas
La piel deshidratada es una piel que carece de agua. La deshidratación suele ser temporal y puede afectar a todo tipo de piel: piel grasa y mixta, piel seca y muy seca, piel sensible o no. Es importante no confundir la piel seca y la piel deshidratada. De hecho, en el primer caso, la piel presenta una falta continua de lípidos y requiere una entrada adicional de sustancias grasas. En el segundo caso, la piel carece de agua y necesita ingredientes que capturen el agua, pero no los lípidos.
El agua es un elemento esencial para todas las pieles. La capa superior de la epidermis contiene naturalmente entre el 12 % y el 16 % de agua. Cuando este porcentaje es inferior al 10 %, se puede decir que la piel está deshidratada.
Alergias solares
La alergia al sol o la fotosensibilidad se refiere a varios síntomas, enfermedades y trastornos causados o agravados por la exposición a la luz solar.
Los lugares más comunes donde ocurre este tipo de alergia incluyen:
- La "V" del cuello
- El dorso de las manos
- Cara externa de brazos y piernas.
En casos raros, la reacción puede ser más grave y puede producir urticaria o pequeñas ampollas que incluso pueden propagarse a la piel en las áreas cubiertas.
Se desconoce la razón de esta reacción corporal. El sistema inmunitario reconoce como extraños algunos componentes de la piel alterados por el sol y el cuerpo activa sus defensas inmunitarias contra ellos. Esto produce una reacción alérgica que toma la forma de una erupción cutánea, pequeñas ampollas o, rara vez, algún otro tipo de reacción en la piel. Personas de todas las razas y edades pueden desarrollar estas alergias.
¿CÓMO COMBATIR LA SENSIBILIDAD?
Un producto cosmético para la piel sensible debe tratar la reactividad de la piel y evitar la irritación, a través de una fórmula que excluya ingredientes irritantes como alcohol, tensioactivos aniónicos, sustancias comedogénicas y fotossensibilizantes.
Lo primero que hay que evitar es la sequedad, con ricos ingredientes nutritivos puros y componentes lipídicos del estrato córneo, restaurando la función de barrera de la piel.
El segundo paso es formular con agentes calmantes con propiedades antiinflamatorias que tratarán la reactividad de la piel.
Incluir agentes vasoprotectores con propiedades antieedema y de estimulación de la circulación es imprescindible para tratar el enrojecimiento de la piel sensible.
Una piel sana es un reflejo de una buena homeostasis, debemos ayudar a mantener la capacidad de nuestro cuerpo para garantizar sus funciones correctas.
